Escuchar a nuestros clientes consumados o potenciales en las redes sociales tiene un inmenso valor pero, centrándonos de nuevo en nuestra plataforma web podemos hacernos muchas preguntas: de dónde provienen los visitantes de nuestra página, cuántos usuarios la visitan, cuánto tiempo permanecen en nuestra web, qué hacen en ella, como navegan a través de los contenidos, cuántos finalizan una compra…
Sólo hay un lugar dónde buscar las respuestas a éstas preguntas: la analítica.
Obtener datos es fácil y accesible a cualquiera de nosotros, pero: ¿qué hacemos con éstos datos?
Ante todo debemos tener claro qué es lo que queremos saber para establecer qué variables queremos medir.
De los datos seleccionados y acotados, extraeremos conclusiones y plantearemos mejoras de optimización que sigan mejorando el rendimiento de la web, detectar sus puntos fuertes o débiles, identificar las prioridades de los visitantes… de manera que la web esté cada vez más en sintonía con los usuarios.
La analítica es una vía objetiva de escuchar a los usuarios, que se basa en lo que hacen, no en lo que nos dicen, a diferencia de las redes sociales u otros canales de atención al cliente.
Interpretar correctamente los datos va a permitirnos generar nuevas estrategias, ajustadas al máximo a lo que ocurre realmente en la web, consiguiendo que tanto los visitantes como nosotros logremos nuestros objetivos.